Aunque existen desde siempre, en el último tiempo se popularizó el consumo de semillas en consonancia con la tendencia saludable que crece día a día en el mundo y también en nuestro país. Pequeñas por fuera y gigantes por dentro, si querés mejorar tu nutrición no podés perderte los beneficios que brindan.
Acá te los contamos.
Sésamo Negro
Se cree que son una de las más antiguas que existen en el mundo y son muy utilizadas en la gastronomía ya que por su color siempre resaltan los platos. Son ricas en minerales como magnesio, hierro, potasio, zinc, manganeso, vitamina B y fibra.
Por qué incorporarlas?
Básicamente porque son una bomba nutricional que ayuda a fortalecer los huesos, estabilizar los niveles de azúcar y sodio en sangre y además la sesamina y sesamolina ayudan a disminuir los niveles de colesterol malo. También previenen el cáncer, mejoran la digestión y aceleran el metabolismo.
Cómo comerlas?
Hoy por hoy hay muchas opciones que encontramos en cualquier supermercado, desde galletitas, bizcochitos que las tienen como ingrediente principal hasta en panes lactales con semillas.
Si te gusta el sushi siempre están presentes y son un factor común en todo lo que sea comida asiática.
Te recomendamos tostarlas y agregarlas a una ensalada. Cambia los sabores y le agrega un toque crocante.
Girasol
¿Quién no comió alguna vez semillas de girasol? neutras o saladas, con o sin cáscara seguro las habrás probado. Originarias del monte tibetano, crecen en forma silvestre y su cultivo se ha expandido alrededor del mundo.
Son fuente de ácidos grasos saludables y ricas en minerales como fósforo, potasio, magnesio y calcio.
Por qué incorporarlas?
Son excelentes para los deportistas ya que ayudan a mejorar el rendimiento físico de manera natural. Además por su cantidad de fósforo y magnesio son muy buenas para el funcionamiento cerebral, mejoran la concentración, la memoria y el rendimiento en general.
Favorecen el sistema inmune, reducen el cansancio y la osteoporosis y mejoran el aspecto de la piel, entre sus principales beneficios.
Cómo comerlas?
Son un snack sano que podemos comer en cualquier momento, incluso como reemplazo de golosinas. Quedan bien en licuados, pan tostado con semillas, en yogures o ensaladas. También mezcladas con otras semillas y frutos secos.
Lino
Son tan ricas en fibra dietética que son la fuente de Omega 3 más fácil de consumir en el día a día. Además contienen minerales como calcio, potasio, magnesio, hierro, yodo, fósforo, cobre, zinc; vitaminas B, C, E y K, casi todas antioxidantes; enzimas digestivas y aminoácidos.
Son consideradas un superalimento porque poseen muchísimos beneficios que prácticamente serían interminables de contar.
Por qué incorporarlas?
- Son las reguladoras por excelencia del sistema digestivo y combaten el estreñimiento por su alto contenido de fibra
- Combaten las alergias, el estrés y la falta de energía ya que son revitalizantes
- Mejoran nuestra piel y cabello
- Son muy saciantes con lo cual ayudan con la pérdida de peso
- Contribuyen al aumento del colesterol bueno
- Ayudan a paliar los sofocos asociados a la menopausia y a disminuir la osteoporosis
- Contribuyen a controlar la glucemia
- Son antievejecimiento
Suficientes razones, no?
Cómo comerlas?
Se pueden comer enteras, molidas (con molinillo de café) y espolvorearlas en yogures, panes, ensaladas, batidos, jugos frutales, etc.
También es posible remojarlas y beber el agua para aprovechar la fibra y regular el intestino.
La pregunta que surge de todo esto es ¿quién necesita comprar un complejo vitamínico industrializado cuando tenemos todo esto natural a nuestra disposición?
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